El hogar de Hummingbean, donde nace nuestro café.

En las orillas del majestuoso Lago de Atitlán, existe un rincón llamado Tzununá, que en idioma maya significa tierra de colibríes. Desde tiempos ancestrales, los mayas bautizaron este lugar en honor al Tzunún, el colibrí, mensajero sagrado entre los dioses y los seres humanos. Hoy, ese espíritu sigue vivo en cada grano de café que nace en esta tierra.

Por más de cien años, las condiciones únicas de la cuenca del Lago de Atitlán, en el departamento de Sololá, han permitido que el café cultivado aquí desarrolle un carácter propio. El clima, el suelo volcánico, la altitud y la tradición cafetalera se combinan para dar origen a lo que hoy se conoce como “terroir”: una identidad de sabor imposible de replicar en otro lugar.

Nuestra finca La Providencia, ubicada en el corazón de Tzununá, es donde nace gran parte de nuestro café. Desde ahí, enviamos al mundo una taza con notas cítricas, frutos del bosque, aromas florales y una acidez vibrante —características típicas de esta región mágica.

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